Vidrio VS plástico. ¿Quién gana?

Reducir el uso del plástico nos ha llevado a disminuir el uso de otros materiales, bien por factores éticos o económicos.

En la actualidad, apenas desechamos aluminio ni papel, y el vidrio es nuestro “material comodín”.

Todo lo que no podemos conseguir a granel lo compramos envasado en vidrio, incluso en muchas ocasiones elegimos alimentos o bebidas en vidrio en lugar de envasadas en plástico o tetabrick… y en multitud de ocasiones nos preguntamos si habemos lo correcto.

El vidrio se obtiene de materiales muy abundantes en la naturaleza:

•Sílice: Materia prima básica. Se obtiene habitualmente de la arena, el pedernal o el cuarzo.

•Calcio: hace que el vidrio no sea soluble

•Sodio: da facilidad a la fusión.

Aunque la materias primas de ambos (vidrio y plástico) se obtengan de recursos no renovables, el vidrio gana este primer asalto porque está compuesto con materiales que se encuentran con facilidad en el planeta, y no son tan problemáticos como el petróleo.

El vidrio es un material inerte que no tiene impacto.

No transfiere sabor a los alimentos o bebidas que contiene, dando así total limpieza a los alimentos.

Y se puede reutilizar tantas veces como se desee sin problema y sin perder la calidad.

El plástico es mucho más poroso.

Además contiene elementos químicos que pueden pasar a la comida o bebida, tóxicos para la salud y con la problemática severa de los microplásticos. ¿Quien no ha comido o bebido algo que, después de estar el alimento o bebida en un recipiente plástico, ha dicho “¡sabe a plástico!”

El vidrio tiene una gran ventaja, es 100% reciclable y se puede reciclar tantas veces como se quiera sin perder calidad, por lo que se cierra el círculo del reciclaje.

Con el vidrio reciclado se pueden realizar botellas o tarros que van a poder utilizarse para alimentos.

Sólo existe una limitación: el color. El vidrio de colores no puede volver a ser transparente.

¡Por tanto, el ganador es… el vidrio!

•El vidrio, aunque tiene su impacto ambiental, puede reciclarse miles de veces si se deposita en el contenedor adecuado, o incluso, de forma casera reutilizando botellas, tarros decorativos, y de mil formas más.

•No transfiere tóxicos a los alimentos ni bebidas y por tanto, no pasan a tu organismo.

•Sus materiales de fabricación se encuentran con facilidad en el planeta, reduciendo así el impacto o explotación ambiental.

•Es tan económico como el tetabrick y muy fácil de sustituir.

¡Apuesta por el vidrio. No te cuesta nada, y el planeta te da las gracias!

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